Cada día estoy más convencido del poder que reside en poner las cosas por escrito.
Reflexionaba sobre ello hace poco hablándo de gestión de tiempo con un amigo. Le comentaba que el principio de todo proceso de gestión del tiempo es realizar un ejercicio de medición y control: Anotar en qué se nos va el tiempo y clasificarlo para luego poder obtener unas conclusiones e identificar puntos de mejora. He conocido personas que han fallado en sus intentos de gestionar el tiempo porque han tratado de llevar ese tracking mentalmente en vez de anotarlo día a día.
Lo mismo ocurre con los proyectos: Basándome en mi propia experiencia, una de las herramientas más potentes que hay a la hora de lanzar un proyecto es redactar un documento de definición y hacer que todos los implicados lo visen y se comprometan. Y no os cuento la de líos que he salvado por tener la costumbre de pasar siempre un resumen por escrito de las reuniones.
En muchos libros que me han sido de utilidad recomiendan hacer listas con objetivos, prioridades, riesgos, hitos, principales propblemas etcétera y revisarlas a menudo. Realizar algunas anotaciones tras una reunión con un cliente siempre me ha ayudado a mantener en mente los principales aspectos de mi relación con él. Fuera del ámbito de la gestión, anotar las cosas que nos causan estres, las cosas que comemos (cuando seguimos una dieta), el ejercicio que hacemos (cuando estamos entrenando), las ideas que se nos ocurren en los momentos más insospechados (y que, si no anotamos, luego ni siquiera recordamos haber tenido)…Otro ejemplo son las finanzas personales: Mucha gente se ha obligado a anotar cada gasto que realiza por tener la sensación de que el dinero desaparece y no sabe en qué…
En el fondo no hay magia alguna: Anotar las cosas nos obliga a organizar las ideas, a aclararnos y definir cuáles son los objetivos y aspectos fundamentales de aquello que nos preocupa, a llevar un control, a ver el “cuadro completo” conforme vamos anotando más y más cosas…
Hay quien va más allá: Scott Addams escribe en uno de sus libros (The Dilbert Future) sobre la técnica de las afirmaciones. Según esta teoría, para hacer que tus deseos se cumplan no tienes más que anotarlos compulsivamente por escrito…Y hace mucho hincapie en que no basta con repetirselo uno mismo mentalmente: Hay que realizar el acto físico de escribirlo en un papel Esta misma teoría se encuentra en libros como Write it down, make it happen. A decir verdad, ni comparto esa teoría ni se me ha ocurrido comprarme este último libro , pero sí coincido en que la palabra escrita tiene mucho poder, y el acto de escribirla en sí más aun.
Si todo esto os ha sonado a chorrada metafísica, leed esto. Si habéis arqueado la ceja durante su lectura, entonces leed esto, esto, esto, esto …
Yo soy de los que anotaban todos mis gastos en la pda y luego a la hoja de cálculo. Como ví que tampoco me servía de mucho lo dejé de hacer, pero si mantengo mi costumbre (ahora gracias a internet y sus múltiples posibilidades para gestionar tus datos) de anotar todo lo concerniente a mi trabajo (reuniones, tareas pendientes…) para llevar más o menos un control.
Saludos.
Estimado, gracias por este artículo! Cada vez me gustan mas sus escritos. Creo que el poder de lo escrito se relaciona entre otras cosas que mencionabas, con el poder de las Declaraciones, actos de habla mediante los cuales expresamos nuestros propósitos futuros. No es lo mismo, pensar para mi en una conversación privada, que expresar esas mismas ideas o propósitos en forma pública. Declarar me compromete y me mueve a la acción para cuidar mi identidad.
Un abrazo
Antes no se registró mi comentario en Co-comments, hay algo raro con el tracking de los comentarios. Slds
Luis: Yo llevo siempre una proyeccion de gestos a dos años vistas (hasta finales de 2007 ahora mismo ). A lo mejor entro dentro de lo patológico… . Es cierto que todos los meses me paso de presupuesto, pero me ayuda a ver en qué me lo he gastado y saber qué, ante una necesidad, esos gastos serian prescindibles. Como leí hace poco que dijo Eisenhower, “los planes son inútiles, pero la planificación es indispensable”.
Juan Carlos: Me siento auténticamente abrumado recibiendo felicitaciones de alguien a quien admiro como tú. Sobre las Declaraciones o afirmaciones positivas, supongo que recordarás en mi post sobre gestión del estrés que ya hablé brevemente de la importancia de lo que nos decimos a nosotros mismos y el mantener esa auto-conversacion en un tono positivo…
Estimado Ángel, es un placer introducirse en la profundidad de estos comentarios que comparto totalmente. A esto si cabe y no se si habéis hecho referencia a ello, añadir que la escritura organiza interiormente las ideas dentro de uno mismo, a veces sacando a la luz materia prima que no sabíamos ni nosotros mismo que estaban ahí, nos os ha pasado?…y es que no hay nada como escribir para conocerse a unos mismo….
Un abrazo
Gracias por tu comentario, Nicolas. Si te fijas, a eso más o menos me refiero cuando digo que no hay magia alguna, que escribir nos obliga a organizar nuestras ideas…A ver si entre todos conseguimos que cunda el ejemplo. Un saludo y espero leerte por aquí.