Fontaneros, Fontanerías y puntos de inflexión

Intercambiando hoy unas líneas con Mario he utilizado casi sin darme cuenta una metáfora que me me comentaba un emprendedor hace poco: que hay que distinguir entre ser fontanero y tener una empresa de fontanería, es decir, entre ser un profesional freelance / consultor independiente y poner en marcha una empresa de consultoría. Son dos cosas muy distintas y sobre las que hay que reflexionar con cuidado, pues no sería el primer caso de profesional que sufre una “muerte por éxito” cuando decide ir ampliando su negocio y se encuentra con que es mejor fontanero que empresario.

PosavasosA eso se refieren también muchos gurús del management cuando distinguen entre el emprendedor y el empresario. En “la estrategia en el posavasos” (un libro muy ligerito y ameno, con el que a ratos estoy de acuerdo y a ratos en total y radical desacuerdo) enumeran varios perfiles necesarios en el equipo gestor de la start-up, y entre ellos separa el del emprendedor, que lanza la idea, diseña el servicio o busca la financiación, y el del empresario que gestiona la empresa, la pone en marcha y la hace rentable. Varsavsky es un caso claro de emprendedor que no cuaja como empresario, y este no es ni bueno ni malo en si mismo siempre que uno sea consciente de sus fortalezas y debilidades.

Quien más quien menos se imagina que, habiendo empezado este pasado Febrero, mi perfil se parece más a los primeros que a los segundos. Pero desde luego mi vocación es la de crecer. Y para eso hay un punto de inflexión muy crítico que, entiendo, se debe de meditar y planificar con muchísimo cuidado: la incorporación de las primeras personas a la empresa.

Actualmente, como ya comenté en su momento, opero como empresario autónomo, algo que todavía hace que mucha gente te mire por encima del hombro a pesar de los esfuerzos que algunos como el propio Mario (también aquí) o yo mismo hacemos porque esta percepción cambie. Como si tener una SL que se monta con 3.000 euros (que además se quedan en el banco, no se pierden) y se desmonta en una mañana fuese garantía de algo.

Pero en el momento en que tenga que contratar personas la cosa cambiará bastante: para empezar, salvo que sea gente que ya conozcas y en la que confies es muy complicado comenzar desde cero teletrabajando. Por otra parte, si se trata de perfiles con poca experiencia y a los que pretendes ofrecer formación y crecimiento es muy dificil garantizar una transferencia efectiva de expertise si no se comparte un mismo espacio físico (por mucho messenger y mucho skype que pongamos sobre la mesa). Hace falta un local. Y amueblarlo. Y comprar equipos.

Así pues, de una tacada, nos encontramos con salarios, seguridad social, local, suministros (luz, ADSL, comunidad), muebles, asesoría laboral, fiscal y contable… Hay una barrera de entrada, y los costes fijos comienzan a disparatarse. Uno siente la tentación de apretarse los machos y acometer todo el trabajo solo. Pero esto tiene un riesgo, y es que el día que te des cuenta de que realmente no puedes con más va a ser muy raro que puedas alquilar una oficina, obtener la licencia de apertura, contratar todos los suministros, amueblarla, equiparla y contratar a alguien en una semana.

Precisamente hoy, en mi titánica lucha por mantener mi blogroll vacío, llego (con mucho retraso, lo se) a este artículo de Loogic en el que Javier hace un primer esbozo de lo que podría ser un plan de negocio, y en sus comentarios hay muchos defensores de la teoría de crecer por saturación y, en la medida de lo posible, prescindir de oficinas.

Que si. Que es muy bonito montar una empresa distribuida y virtual, pero hasta los de Weblogs SL tuvieron finalmente que bajarse del burro y buscarse algo físico. Quizás es algo planteable cuando lo que quieres lanzar es algo puramente web como CODIGOxGRAFICO (¡Ay! que paradito que lo tenemos, justo cuando nos falta tan poco) o en la línea en la que comentaba Oriol en los comentarios del post de Loogic (un crack que desarrolla el código en 3-6 meses, un diseñador que lo maquea y a lanzar). Pero en las empresas brick&mortar que se sientan a la mesa con sus clientes las cosas no son en absoluto tan inmediatas.

Al final Javier lo tiene claro, y me parece que yo mismo dentro de poco tendré que dar el salto. Supongo que entrar en esa vorágine de costes es tan agridulce como cuando eres asalariado y te sube la retención del IRPF: significa que vas progresando… ;-)

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2 respuestas a Fontaneros, Fontanerías y puntos de inflexión

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  2. pablobar dijo:

    Muy bueno tu post. Tienes toda la razón del mundo.

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