Os presento a Bender

Fiel al principio emprendedor de gastar poco, he ido dosificando mis inversiones en los últimos meses adecuándolas a los pagos de proyectos que he ido recibiendo. Naturalmente, nada más empezar hubo que hacer algunas inversiones, la primera de las cuales fue una impresora lase HP 2600 para poder presentar documentación en condiciones, y la segunda (aunque simultánea) fue la contratación de un servicio especializado para el nombre de la empresa, el logotipo y las tarjetas de visita.

Evidentemente los primeros cobros no han sido nada del otro mundo, y aun así me he permitido invertir en una agenda QTEK S200 para poder sincronizar los teléfonos con el ordenador (que es que ya me iba a dar algo) y gastar un poco en algunos viajes a congresos, eventos y demás “saraos” de Networking.

Pero la primera inversión más o menos seria que he hecho recientemente (no hace un mes) es esta que os presento. Hasta ahora había estado tirando con mi viejo Compaq Presario de 2003, y debo decir que se ha defendido como un jabato: con una ampliación de 512Mb y una instalación de XP Professional ha tirado perfectamente de todos los programas. Los problemas fundamentales eran dos: la batería, que ya casi ni caragaba (compré una nueva en eBay y me salió rana, sólo duró un mes antes de petar definitivamente) y el aspecto exterior, que empezaba a mostrar las inclemencias del tiempo y de mi manía de seguir tecleando mientras ceno (¿alguién más tiene teclas grasientas? ).

Así que finalmente, aprovechando el cobro de un proyectito un poco más jugoso, me he embarcado en esta pocholada: un Dell Inspiron 6400 con procesador Intel Core 2 Duo, 2Gb de RAM, 100Gb de disco duro y una preciosa cubierta de fibra de carbono, una concesión friki a mi alter-ego motero. El nombre del equipo (Bender) viene de su color metalizado. Ah, por cierto, la batería es de nueve celdas y me da facilmente entre cinco y seis horas de uso intensivo (con el WiFi funcionando), y teóricamente podría ajustarlo para que llegase a las siete horas. Se acabó el quedarse sin batería en el AVE. Mooooola.

Pero la verdad es que no lo he tenido nada fácil a la hora de decidirme por un equipo. Los portátiles están muy bien de precio, es cierto, pero la amplia variedad de procesadores, pantallas, pesos y sistemas operativos se lo ponen complicado hasta a los que, supuestamente, entendemos de esto. Así que busqué varias opiniones al respecto y, aunque evidentemente hay factores personales que deben tenerse en cuenta en función del uso que uno vaya a darle (si vas a viajar, que sea pequeño, si lo vas a usar como único ordenador, que tenga buena pantalla, si va a tener un uso mixto, que tenga estación de anclaje) la conclusión fue la siguiente, por si a alguien le puede ayudar:

Que venga con Windows XP”

Así de fuerte. Aunque me he ido a por el procesador tope de gana (cuidado con la diferencia entre core 2 duo y core duo), ha sido porque supuestamente tiene menor consumo, porque la verdad es que el AMD K6-2 que tenía el Presario de 2003 ya daba toda la capacidad de cálculo que necesitas a menos que vayas a dedicar un portatil a renderizar (cosas más raras se han visto). Así pues, descartado el tema procesador, lo más importante hoy por hoy es el sistema operativo. Toda esta disquisición viene, por cierto, a raíz del post de Tic&Tac hablando de que hay empresas que empiezan a ofrecer servicios profesionales para el downgrading de Vista a XP. Es así de duro: aunque Microsoft nos tiene acostumbrados a que las primeras versiones de sus sistemas operativos fallan más que un condón de esparto una escopeta de caña, con Windows Vista se han cubierto de gloria. Todo el mundo coincide en que con 1Gb de RAM va “cortito”, necesita una capacidad gráfica propia de una consola de videojuegos (por lo que los portátiles empiezan a cargar tarjetas aceleradoras tipo Nvidia, lo que significa más consumo), se cuelga, va lento, da problemas de compatibilidad con software antiguo… Una maravilla.

Y lo que es más preocupante: si tu ordenador no viene garantizado para XP, es posible que no encuentres los drivers de la tarjeta de sonido, la tarjeta gráfica, el adaptador de red o cualquier otro elemento, por lo que si re-instalas XP puede que te quede el ordenador cojo.

Así que ya sabéis mi consejo: a la hora de comprar un nuevo portatil, que venga con XP o, por lo menos, que lleve la pegatina de “designed for Microsoft Windows XP” (algunos llevan esta pegatina y otra que pone “compatible con Vista” o similar”, pueden ser una buena opción siempre que os aseguréis que existen drivers descargables de Internet, por lo que pudiera pasar…).