Siempre que me encuentro con alguna referencia a “Pokemon“, la horrorosa serie de dibujos animados pero excepcional producto de un marketing que todavía sigue exprimiendo la vaca diez años después de su creación (acaban de sacar una nueva edición de la consolita de turno con las versiones “diamante” y “perla” o algo así) hago dos asociaciones con el mundo PresiónBlogosférico.
La primera es relativa a las redes sociales. Hace poco un empresario amigo me decía que no era muy amigo de los LinkedIn y Neurona de turno porque había una cierta tendendia a llenar tu red de contactos como fuese, en una especie de vorágine Pokemon de “tengo que cazarlos a todos”. Y es cierto. Nadie se cree que una persona con 1.500 contactos los conozca a todos y pueda dar referencias de ellos. A lo sumo sabrá quiénes son, y eso consultando la chuleta.
¿Cuál es un número óptimo de contactos? Evidentemente dependerá de la persona y su perfil. Un investigador de una tecnología muy específica puede que tenga ocho o diez contactos entre compañeros de trabajo y especialistas afines, mientras que un freelance o un comercial puede tener varios cientos. No creo que haya números mágicos, y tampoco creo que haya que llegar a un grado de intimidad similar al que comentaba Raúl hace poco, en el que puedas dar estupendas referencias de todos tus contactos. Al fin y al cabo, creo que todos tenemos algún amigo tarambana al que no podríamos recomendar laboralmente pero con el que nos iríamos de farra cualquier día a las doce del mediodía sin previo aviso y sin dudarlo un momento . ¿Desvirtua la red social el que lo tengamos como contacto? Depende de si para ti Neurona es una red social o una red laboral (hint: es la red de Infojobs)… Yo personalmente acepto algunas peticiones de contacto de gente que no conozco pero que se mueven en los mismos sectores que yo, o bien que me comentan que leen el blog (lo que para mi significa que tenemos intereses comunes). Otra gente es más restrictiva, pero lo que no entiendo es ir aceptando las invitaciones de los “cazacontactos” (a ellos les gusta llamarse “superconectores“) simplemente porque vemos que tienen varios miles de referencias que a lo mejor nada tienen que ver con lo nuestro. En todo caso, es posible que, como ocurre en el cerebro, los superconectores sean necesarios siempre que cumplan con su función de transmitir la información entre todos los nodos, algo que no estoy convencido que ocurra en las redes sociales.
La segunda asociación que suelo hacer con los pokemon es una de las ocho alarmas pajero mental que pueden darse en una reunión de venta y que ya referencié en un artículo hace poco. Para los que os lo perdísteis, la alarma “carta pokemon” se da cuando el interlocutor se dedica a ir enumerando todas las personas importantes a las que conoce y a las que podría hablarles de tí y de tu producto… “Pues sí, podría llamar a BilllGatesMon, y la semana que viene he quedado a comer con SteveJobsMon, aunque creo que quizás debería tantear primero a LarryPageMon“ (en la versión española podríamos hablar de JulioAlonsoMon, EnriqueDansMon, VarsavskyMon y similares ). Ante estas situaciones solo te queda asentir con cara de que te estén hablando del tiempo que hace, como si nada, o bien enrojecer de vergüenza ajena.
Como véis, enlazar casi cualquier concepto (los Pokemon, en este caso) con el mundo de las empresas, el management, los negocios, Internet y demás es tremendamente sencillo (hasta yo puedo hacerlo). Eso explica que prolifere tanto libro de “los hermanos Marx y los negocios”, “Sun Tzu en los negocios”, “El Tao de los negocios”, “Lecciones desde el green”… La verdad es que todo vale para la gestión…Y dado que, como dice Enrique, hay inquietud literaria en la blogosfera, ¿Alguien se atreve a escribir el libro de los Pokemon y la Web 2.0, o nos fusilarán con los derechos?
Ummmmmm. Lo cierto es que la analogía da para sacarle partido… Creo recordar que a los pokemon, una vez “capturados”, se les puede entrenar. En este caso lo ideal sería cazar contactos que te conduzcan al objetivo que quieres conseguir y luego, por ejemplo, lanzarles cebos, digamos, a través de un blog para empatizarlos con tu causa y, entonces, sólo entonces, utilizarlos para algún objetivo.
En fin, ahora en serio, yo hace cosa de, no se, quizá un par de meses, empecé a usar un poco las redes de contactos con los siguientes objetivos:
1) No perder el contacto con la gente válida con la que me he relacionado en mi devenir profesional (al final sólo mantienes un contacto fluido con los que más te relacionas (una veintena de personas), pero normalmente sólo tienes sus correos profesionales, y como a veces cambian de trabajo, pues pierdes el contacto (por ejemplo yo ahora estaba tratando de recuperar los contactos que tenía de cuando trabajaba en Sener, y con esfuerzo y gracias en este caso a linkedin, he conseguido recontactar con algunas de ellas).
2) Para tener un CV online (eso fue antes de que montara mi blog) y usarlo para mi promoción profesional.
3) Para tener lo que en mis tiempos llamábamos “una radio-mochila”. Es decir para buscar a gente de un perfil que estuviera relacionada con alguien a quien conociera bien y en quien confiara y a quien pudiera pedir referencias “fiables” sobre la calidad del candidato. Es decir, en este caso los pokemon era gente a la que quería contratar.
4)Realmente un comercial o alguien que sea autónomo es normal que quiera ampliar su red de contactos “sin límite”, y si yo fuera autónomo o comercial también lo haría.