…Discrepo de Borja en un par de aspectos.
Lo primero es lo primero: es de bien nacidos ser agradecidos, y Borja se ha portado recogiendo el guante virtual que le lancé en los comentarios y contando su experiencia con los gastos fijos, que desde luego es muy ilustrativa y de lectura obligatoria.
La verdad es que hay muchas cosas que me suenan y otras que directamente me están ocurriendo ahora mismo. En la aventura empresarial que lanzamos en 2003 algunos colegas (y que no acabó de cuajar) pasamos exáctamente por la situación que describe Borja: muchos gastos fijos, los clientes tardaron en llegar, los que llegaron tardaron en pagar y pasado un año yo había cobrado tres paupérrimas nóminas inferiores a las que cobraban las personas que trabajaban para nosotros. Así no se puede.
Actualmente vivo situaciones similares pero sin el agravente de los gastos fijos. Pongamos un ejemplo: un proyecto que empezó a fraguarse en Marzo / Abril y culmina con un aadjudicación en Agosto. El desarrollo dura hasta finales de Octubre y la facturación esperamos realizarla a principios / mediados de Noviembre. El pago es a 90 días, sin posibilidad de negociar un efecto comercial o similar (aunque en el banco me han hablado de la posibilidad de abrir un descuento de facturas, algo de lo que ya os hablaré). Eso quiere decir que en Enero pagamos el IVA de este proyecto, y si todo va bien (que irá, porque este cliente es bastante fiable en ese sentido) cobraremos a finales de Febrero o de Marzo.
Eso quiere decir que el ciclo venta-cobro es de un año. Así pues, si como hizo Borja calculas recursos para seis meses, el fracaso está asegurado.
Pero no es aquí donde estoy en desacuerdo con Borja. Todo lo contrario: ambos coincidimos en que hay que prever ciclos más largos y, si no hay recursos para afrontarlos, disminuir los costes. El desacuerdo viene por la decisión de no pagarse el sueldo. Craso error.
Como dice Kiyosaki citándo a G. Clason, páguese primero. Antes deja de pagar el alquiler, a los proveedores o al banco. Negocia las deudas, pide crédito, pero págate primero. Esto es más facil de decir que de hacer, y yo mismo sucumbo muchas veces a no apartar mi “nómina” (que no es tal, ya que opero como autónomo, pero prefiero mantener cuentas separadas y la “ilusión” de una asignación fija mensual por mi trabajo).
¿Por qué es importante pagarse primero a uno mismo? Por varias razones. En primer lugar, porque estamos haciendo un esfuerzo importantísimo para sacar adelante nuestra empresa, y si no lo recompensamos adecuadamente corremos el riesgo de perder la ilusión (o, como en el caso de Borja, tener que aparcar el proyecto aunque sea parcialmente hasta que esté más maduro). En segundo lugar, si la empresa sólo funciona a base de no cobrar un sueldo, es que nos estamos engañando y la empresa en realidad no funciona: por supuesto, si abro un negocio de “pintura grátis” en el que me dedico a pintar casas cobrando solo el coste de la pintura, tendré mucha demanda y venderé un montón, pero sólo a costa de perder dinero en cada operación. Como vemos dinero entrando por la caja, nos parece que en realidad ganamos, pero cada hora trabajada y no cobrada rara vez se contabiliza, y en realidad debe ir directamente a los gastos (pérdidas netas).
Dicho esto, hay algunas salvedades: la financiación con recursos propios puede ser más barata que la bancaria (de hecho, yo estoy haciendo eso mientras mis recursos me lo permiten), y al final viene a ser lo mismo meter 6.000 euros de ahorros en la empresa que dejar de pagarse cuatro nóminas de 1.500. Pero tiene que quedar claro que la empresa tiene una deuda de 6.000 euros que debe ser repuesta en cuanto sea posible. Es decir: estamos hablando de financiación, no de subvención.
Por lo demás, Borja y los demás defensores del planteamiento pseudo-virtual y deslocalizado de la empresa están logrando convencerme. Qué diablos: rompamos paradigmas. Hace un par de días, estando en una empresa cliente, me preguntaron qué tipo de fax utilizaba. Aproveché la ocasión para declarar que Proyectalis no usa ni usará en ningún momento el fax: somos una empresa del siglo 21, caramba… Actualícense al scanner y el correo electrónico, a la impresión en PDF e incluso a la firma electrónica. Y si alguna vez tenemos que poner un fax sí o sí, lo pondremos en correos al abusivo precio de un euro por página más o menos. Los números me avalan: número de faxes puestos el año pasado: dos. Precio: seis euros. ¿Cuantos años tendrían que pasar para amortizar una maquinita de fax, incluidas las horas echadas en ver qué le pasa que no contesta, si necesita papel…? Que no, hombre, que no. Y en esa misma tendencia de romper tendencias y paradigmas, creo que por ahora seguiremos sin oficina una buena temporada…
Mañana os cuento mis últimas semanas y el significado del Haiku (que ya veo que no ha suscitado mucho entusiasmo ).
Aqui uno que tras año y medio ha abandonado su despacho. Durante un mes, todos a trabajar a su casa. Y oye, la rueda sigue girando. Y si hay reunión, mi novia prepara desayunos mejores que los del Vips
Aunque nuestro caso no es paradigmático: yo podía pasar una temporada sin ingresar dinero, y mi socio echa horas en otro curro para comer caliente. Pero cierto es, que son los costes fijos los que matan las empresas.
Yo prefiero (o preferiría, siendo correcto) dejar el sueldo propio para el final de los pagos, o incluso no considerarlo gasto, por varios motivos:
– Un proveedor o banco te puede dejar tirado y hundir la empresa si no le pagas, tu tienes más paciencia si crees realmente en el proyecto.
– Tu propio sueldo puede incrementar mucho los gastos, destrozando la cuenta de resultados y dificultando la obtención de financiación.
– Cuando eres el dueño, tienes que estar a las duras y a las maduras, y si no cobras al principio, también es cierto que cuando vaya bien cobrarás a tiempo y más.
Otra cosa es que en tus números lo tengas en cuenta y si no sacas para ti, la empresa no merece continuar (a medio plazo). Eso es indiscutible.
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