Carlos Blanco apunta en su blog la traducción que ha hecho Alec Oxenford del artículo de Paul Graham, “Fundraising”… Y ahora voy yo y los enlazo a todos. ¡Bienvenidos al milagro de la ombligosfera!
Ahora en serio, el artículo es fenomenal y, aunque sea largo, todo el que tenga un mínimo de ambición emprendedora, ya sea start-up’ero o no, debería de sacar diez minutillos para leerlo. Se repasan conceptos como el bootstrapping (auto-financiación, literalmente “sacarte del agua tirando de los cordones de tus propios zapatos” ), las rondas de financiación, la consultoría como opción de auto-financiación, el capital riesgo, los business angels, la rentabilidad mínima… Un bonito retrato de los “años duros” de cualquier proyecto.
A mi es que el rollo “start-up” me parecía al principio de mi singladura emprendedora algo lejano: es lo que tiene haber crecido en el norte de África . Y sigo siendo un poco escéptico sobre el tema. Al leer libros como The Art of Start o Founders At work parecía que la única manera de sacar adelante una empresa fuera alimentarse de ramen y no dormir durante un par de años, empalmando code-rages con presentaciones a posibles inversores hasta que un día pegaras el campanazo, tu producto haga “boom” y un inversor meta un par de muchillones en tu invento. Roble para todos.
Que sí. Que funciona a veces. Que se lo digan a Diego, que se lo ha currado hasta que le han sangrado encías y oidos de hablar y escuchar a VC’s (a saber las que habrá tenido que aguantar hasta dar con unos cuantos con criterio ). Pero mi impresión es que esto suele ser más la excepción que la regla, y que uno debe luchar por financiarse lo máximo posible a base de clientes y lo mínimo a base de bancos y recursos personales.
Pero este artículo me ha hecho reflexionar. Dudar. Una de las cosas que dice es que hay que productizar, y no sólo en el sentido de agrupar o paquetizar servicios (que es en lo que estamos nosotros). Que las empresas con producto son las únicas que escalan, y aunque hay empresas de servicios monstruosas (pensad en todas las grandes de la consultoría) cada vez me siento más inclinado a pensar en ir desarrollando una gama de productos tangibles, y cuanto más independientes del servicio mejor.
Otra cosa en la que tiene más razón que un santo y que ya vengo evangelizando a varios compañeros emprendedores desde hace tiempo, es que aunque puedas sobrevivir y avanzar con recursos propios, la financiación extra te hace ir más rápido. ¿Por qué pasar diez años de travesía del desierto hasta alcanzar una masa crítica cuando podrías hacerlo en dos con los recursos adecuados? Esos ocho años ahorrado, ¿no merecen la pena el esfuerzo de buscar inversión?
Pero hay un aspecto en el que Graham, al que le va el rollo Start-Up más que a Garzón el rollo foto, no entra en detalle: que en muchas ocasiones es preferible pedirle dinero a un banco que pedirselo a un BA o VC. Evidentemente las cifras que se manejan en VC (en el entorno del millon de dólares en adelante) no son muy planteables en relaciones bancarias iniciales a menos que ya estés montado en el dolar o te apellides Thyssen-Trump. Pero para algunas de las cantidades que manejan los BA (he oido hablar de inversiones desde los 30.000 o incluso los 60.000 que se mencionaron cuando el rollo Menéame-Varsavsky). Un inversor adquiere voz, voto y parte de la empresa, e implica un componente importante de relaciones personales que no tienen por qué funcionar, mientras que un banco sólo adquiere derechos de cobro.
Evidentemente muchos se ven atraidos por el factor de que, si el invento se va a pique, el inversor palma y punto, mientras que el banco típicamente pedirá otro tipo de garantías. Pero si estamos en ese punto de confianza sobre nuestro invento… Mal vamos a convencer a un inversor.
En fin, tema complejo. ¿Qué opináis unos y otros?
“… y aunque hay empresas de servicios monstruosas (pensad en todas las grandes de la consultoría)… ”
¡¡¡¡ Si precisamente son grandes porque han paquetizado e industrializado sus servicios !!!!
¡Pardiez!
Ángel, en una entrada que escribí sobre adquisiciones e inversiones, y en la siguiente, puedes leer algunas de mis reflexiones al respecto.
Mi conclusión es que, si tienes un producto “rompedor” hay que buscar la ayuda de unos inversores creibles.
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No creo en las grandes inversiones ni en las empresas-bombazo. Supone acelerar un proceso que no puede pagarse con dinero (la confianza del cliente, por ejemplo), y no hay más que mirar a empresas como Yoigo.
Otra cosa es financiar tus operaciones con pasta externa. Para ello no me parece mal contar con un socio que aporte músculo financiero.
Y para ello, siento decirte, no sirven los Business Angels. Es más, en un estado como el que por ejemplo se encuentra la empresa de un amigo, :), que le inyectaran 30 o 60 mil euros no serviría de nada.
Otra cosa es que llegue un VC o un holding de inversión (palabra desconocida en Internet) y te inyecte 500.000 euros para que puedas permitirte acceder a clientes y proyectos a los que antes no podías acceder, debido sobre todo a que las condiciones de financiación cambiarían mucho.
Cada cosa tiene su nivel. No es lo mismo estar empezando, cuando tu idea rompedora apenas ha recorrido unos pasos o kilometros de una distancia equivalente a cruzar el mundo a pie, a tener un pequeña Cessna que te permite volar una autonomía de 1000 Km.
Tus necesidades serán distintas, y las repercusiones también lo serán.
Al margen, hace un año, hice un trabajo para una empresa de Levante consistente en desarrollar un plan de Marketing. Su actividad principal era el e-commerce (Aunque ni siquiera tenían página web), y todo era un servicio más o menos artesanal.
Descubrimos que muchos potenciales tenían miedo de pedir información, y existía de fondo ese regustillo a “taller mecánico Paco”. La solución fue fácil: Paquetizar los servicios por tramos. Hace unas semanas hablé con el gerente y me dijo que el 80% de los clientes optaban por el servicio personalizado, pero habían aumentado en clientes y en facturación. Lo que más les gustaba a los clientes era recibir un “Paquete de Inicio” que propuse, con los datos básicos.
En una era como la de Internet, puede parecer un poco absurdo, pero los clientes “tocaban” el producto, lo que les daba una sensación de confianza plena en él.
El arte de empezar una empresa…Es curioso, pero, en mi caso, que estudio empresariales. El primer día del curso pasado pregunté a mis compañeros que en que pensaban trabajar tras terminar la carrera…pregunté a 15-20 personas, pues ninguna me dijo montar su empresa. Casi todos querían ser funcionarios o trabajar en la empresa de papa o del “tito”. Es curioso, no sé si porque vivo en el sur de España o porque los andaluces estamos tan “funcionarizados” que los jóvenes no quieren crear. Que bonita palabra esa de crear y cuanto riesgo conlleva…
No sé si conseguir financiación para una start-ups será fácil o difícil, pero pienso que si el proyecto es bueno y el emprendedor le dedica mucho trabajo todo termina por llegar.
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Pues yo soy de los de la travesía del desierto, no sé si por miedo o por vocación pero no hemos tenido financiación ajena o propia de nuestros bolsillos personales nunca (7 años ya), ni siquiera para emepezar pues pudimos hacerlo gracias a un premio de un concurso de ideas…
Por contrapartida tenemos un crecimiento lento que es bueno para asentarse pero es malo en cuanto llegas a un tamaño de empresa que a mi juicio no es óptimo, lo optimo es o un pequeñisimo grupo o ya a partir de 30 (por decir un numero, depende de la actividad) hay tamaños de empresa que se me antojan poco óptimos y puede que sea una barrera difícil de sobrepasar sin financiación ajena.
Ahora, bien es cierto que mis amigos los economistas me repiten hasta la saciedad que no tener deuda es perder dinero, es decir que hay que tener en mayor o menor medida algún tipo de financiación ajena.
Yo creo que probablemente lleven razón y que a mi me caló muy hondo lo de no vendas la piel del oso antes de cazarlo, aun así y sabiéndolo no me atrevo a cambiar de forma de actuar por ahora…
PD Enhorabuena por el programa…
Interesantísimos comentarios, especialmente los de Jero y Enrique. Siempre alegra ver que no es el único al que le comen el tarro estas cosas
Yo también soy de la idea, pensamiento o deseo de no utilizar financiación externa. Llevo así ya 5 años y realmente nunca he puesto ni un duro de mi bolsillo para las empresas. Ni para la primera, pues fue parte del dinero de un cliente cobrado anticipadamente que fue directo para el capital social.
Pero llevaré unos 2 años sobreviviendo, en lugar de viviendo. No estoy creciendo lo que me gustaría.
Así que me pasaré al lado oscuro y aparte de inversores para un proyecto, tiraré de bancos para financiar mi crecimiento porque “no he venido aquí para esto”
Creo que, como se puede leer arriba, para crecer bien la mayoría de las veces habrá que pasar por el aro.
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