Me temo que impera la sensación de que empresas como Google han conseguido una posición de dominación mundial a base de ser guays. Y ya está. Ergo si monto una empresa taco de cool, contrato a un montón de geeks con piercings y saco un servicio trendy muy 2.0, muy social y muy open ¿quien necesita un plan de negocio? A lo más, un blog y unos cuantos inversores de capital riesgo…
Lo que es más: todo el mundo comenta desde hace años la genial estrategia de Google de “enfócate en el usuario y todo lo demás vendrá detrás”. Tu haz servicios que molen y ya veremos nosotros como los monetizamos. O no. Como mola. Nchts. Que no digo que no, oiga, que nadie entienda esto como un post anti-Google ni mucho menos. De hecho es una de las empresas que más admiramos en Proyectalis y en la que procuramos inspirarnos. Pero precisamente por eso sabemos algo: que hay mucho mas behind the scenes.
Por eso me ha gustado mucho esta presentación que alguien (sorry, no recuerdo quien) recomendó en Twitter:
Escalabilidad. Modelo de negocio. Barreras de entrada. Competencia. Tecnología. Estrategia. Mercado. Que poco cool, ¿verdad? A los geeks con piercing no les molan estas cosas. Queremos ver el tiranosaurio, el tobogán y la sala de guitar-hero. Lo que hay que hacer es ser cool y el dinero vendrá detrás. Que poca visión.
Malas noticias, chicos: en el 2002 ya aprendimos una buena de la dot-com meltdown: la nueva economía es la vieja economía pero con esteroides. Las grandes reglas del mercado no han cambiado. Oferta, demanda. Nadie va a hacerte rico solo por ser cool. Bueno, a menos que te elijan para salir en el Gran Hermano o algo así…
Cuánta verdad condensada en un post y en una presentación.
Excelente, Ángel, no podría estar más de acuerdo en tu reflexión.
Ojalá esta crisis (que por fin es crisis) sirva para, igual que cuando la crisis de las puntocom, echar del mercado a todos esos chiringuitos y puestos del “topmanta” en el sector del desarrollo de software en España. A ver si sirve para que, de una vez por todas, miremos a las verdaderamente grandes por las ideas innovadoras que cambian el mundo y no a las que se dicen grandes porque así nos lo hacen ver con sus espumosas cuentas de resultados…
¡¡Oye, qué a gusto que me he quedao!!
Muy buena, sí señor.