Aun a riesgo de alimentar el tópico de lo poco que trabajamos los andaluces y lo bien que vivimos, debo admitir que el mes de Abril con su semana santa y su Feria (nótense las mayúsculas para ver de qué pie cojea un servidor de ustedes) me ha tenido, si bien no alejado de los teclados, sí más pendiente del ocio y del curro que de la práctica blogosférica.
Pero no han sido pocos los temas que me gustaría ir glosando por estos lares y que han ido surgiendo en el diario devenir. Y ya vale de prosa florida, que hace ya tiempo que se positivamente que no voy a suceder a Don Dámaso Alonso. . Uno de los temas que quería comentar es el del asesoramiento a los estudiantes a la hora de elegir carrera. Y viene a dos casos próximos: algunos chavales majísimos que he conocido y que me han reconciliado con la adolescencia patria y otros que me fueron presentados en feria a la voz de “decidle a Ángel lo que queréis estudiar, que él sabe un huevo de esto“.
A lo que yo me quedé un poco al pairo, porque no entendía muy bien que era “esto” ni que se suponía que debía hacer yo cuando uno de ellos me confesó que quería estudiar Ingeniería Aeronáutica porque “ahora tiene mucha salida”. Supongo que esperaban el típico discursito que suelta el profesional de turno al que invitan a un instituto para dar una charla a los de COU. Uy, perdón, que se me ve el plumero, quería decir segundo de bachillerato…¿No es eso lo que se estudia ahora justo antes de la universidad?.
Este tipo de discursitos, por lo menos los que yo he conocido, suelen constar de tres partes muy diferenciadas: cómo me lo he currado, no sabéis lo que os espera y os recomiendo que estudiéis lo mismo que yo. Existe la variante “la universidad no es una agencia de empleo” y su contraria “dejaos de pamplinas y coged algo que os saque de la universidad colocados, que para aprender arte etrusco ya tendréis tiempo cuando ganéis un pastizal“.
Yo, que nunca me paro a pensar en los líos que puedo causar metiéndome a dar consejos, en vez de glosar las virtudes y bellezas de la ingeniería de telecomunicaciones y lo singular y heróico del rol de gestor de proyectos, me centré en un par de conceptos más básicos que para mi son fundamentales:
- En la universidad vas a vivir probablemente los mejores y los peores ratos de tu vida. Disfrútalos a partes iguales. No hagas como muchos que pasan por la universidad pero la universidad no pasa por ellos. Vete a vivir a un piso de estudiantes y ve aprendiendo a ser independiente, a poner lavadoras, a discutir con los vecinos por el ruido y a hacer la compra en el Carrefour con cuatro duros. Piensa que no hay virtualmente ninguna diferencia entre licenciarte con 22, 23, 24 o 25 años, asi que no te agobies y si tienes la oportunidad de viajar, pues viaja, y procura hacer algo más además de estudiar: métete en la delegación de alumnos, búscate una beca de investigación, haz otra carrera, aprende a tocar un instrumento, vive un año fuera y aprende un idioma…lo que sea, pero que te guste. Que te apasione. Todo acabará encajando. Que se lo pregunten a Steve Jobs.
- Olvídate de lo que se lleva “ahora”. Los “ahora” laborales no suelen durar más de dos, tres o cuatro años. Para cuando acabes la carrera lo mismo el consorcio Airbus se ha ido al garete y lo que lo peta es el jamón ibérico, por lo que los veterinarios salen todos colocados…¡Yo que se!
- Como dice Kiyosaki, lo que te apasione es lo que te hará rico. Porque le vas a tener que dedicar tantas miles de horas que si no te apasiona acabarás haciendo las cosas mal, sin ganas, y entrarás a formar parte de la legión de mediocres que nos rodea y que se limitan a arrastrarse por el fango laboral sin vivir la vida todo lo plenamente que podrían.
¿Qué habríais dicho vosotros?
Amigo Ángel, un par que son tres al final pero que suscribo completamente (algo parecido escribí hace ya tiempo). A toro pasado ya es fácil decirlo pero a veces me detengo a pensar en que hubiera hecho diferente durante la escuela (yo también soy telecos y lo nuestro era la escuela no la Uni) y básicamente “estudiar menos y relacionarme más”. Y digo lo de “relacionarme” en el buen sentido: participar en asociaciones, organizar la telecogresca (fiesta anual de la escuela, antaño mítica, en la politécnica de Cataluña), trabajar en algo que no tuviera nada que ver con telecos(preferentemente en ventas con contacto intenso con la gente), salir los veranos fuera aunque fuera a fregar platos, … “cienes” y “cienes” de cosas que me hubieran venido muy bien para las trincheras y el regate en corto tan necesario en el día a día.
Nos leemos (aunque últimamente reconozco que estoy un poco lurker).
Lo nuestro era la Escuela y no la Facu… Pero ambas eran la Uni
A eso me refería con lo de hacer otras cosas durante la carrera. Yo estuve metido en varios fregaos y no me arrepiento para nada. De hecho lo recomiendo.
Acepto la rectificación – es así sin más matices.
Y por seguir con el tema, mi gran dilema es ¿y cuándo no sabes lo que te gusta/apasiona como para ganarte la vida? – a mí me apasiona la pesca submarina y la navegación a vela, pero no me ganaré la vida nunca así, ni siquiera escribiendo sobre ello. Más bien me cuesta la pasta
Estoy de acuerdo con “haz lo que te guste”, porque definirse las preferencias sobre el corto plazo no tiene sentido al cambiar todo tanto. Pero lo de no hay diferencia entre acabar a los 22 y los 25 no es lo mísmo, Hay mucha gente que se quema mucho por el camino y le acaba teniendo mania por acabar demasiado tarde.
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Sí señor, Yo habría dicho casi lo mismo que tú con 2 matices:
1) Currar para hacerse rico no es una meta aceptable para mí, sino para ganarse la vida haciendo lo que me apasione (que puede ser cambiante además)
2) Fomentar el ansia de aprender y de hacer bien lo que se hace (lo que sea) es una garantía
Un saludo
Pues yo les diría algo relativo a “cómo me lo he currado, no sabéis lo que os espera y os recomiendo que estudiéis lo mismo que yo.”