Decía un amigo mío hace tiempo que hay una diferencia importante entre ser fontanero y tener una empresa de fontanería, y estas palabras se me quedaron grabadas a fuego. La diferencia fundamental es que en el segundo caso existe una estrategia de salida: el día de mañana, podemos poner a alguien a dirigir la empresa o venderla a alguien y quitarnos de enmedio sin que la empresa pierda por ello su valor. En el primer caso, por mucho que uno tenga la forma jurídica de sociedad limitada e incluso tenga a gente trabajando para él, uno no deja de ser un autoempleado. Como yo.
Estos días ando releyendo “El cuadrante del flujo del dinero”, que encontré el otro día en la estación de Santa Justa editado en castellano. En él Kiyosaki comenta que muchas personas vienen a hablarle de su idea o a proponerle negocios y hablan de las bondades de su producto, lo que lo hace exclusivo, la enorme diferencia que existe con los demás productos del mercado… Y Kiyosaki siempre les pregunta “¿Es usted capaz de hacer una hamburguesa mejor que McDonalds?”.
Claro, el 100% de los encuestados responden que sí, que es fácil hacer una hamburguesa mejor (tendríais que probar las que hago yo con pan rallado, ajo, perejil y soja ). Pero entonces Kiyosaki les pregunta “¿Es usted capaz de montar un sistema de negocios mejor que el de McDonalds?”. Y claro. No.
Pues creo que eso nos pasa un poco a nosotros: tenemos productos muy buenos, posiblemente líderes de su sector a nivel nacional. Pero no tenemos un sistema de negocio. Tengo la impresión de que todo depende de que yo vaya de allá para acá soldando tuberías, y si me tomara un año sabático probablemente el negocio habría desaparecido a la vuelta (sin mencionar el cese de flujo de efectivo mientras tanto). Este era eñ año de dar el siguiente salto cualitativo, pero aunque tenemos mucho trabajo la verdad es que se nota la coyuntura y la dimensión de los encargos nos hace permanecer a flote, pero no crecer suficientemente como para abordar un cambio de esta índole.
En fin, qué sería del camino sin la próxima meta…
Aparte de que Kiyosaki no me gusta yo diría lo siguiente, llevas como dos años con proyectalis, me parece normal que no esté como para dejarla sola, especialmente en la situación actual.
Una pregunta ¿querrías hacer otra cosa?
Bueno, es que tú estás “más allá” de Kiyosaki, pero no es un mal comienzo…
Sobre Proyectalis, pues hombre, es cierto que llevamos poco. Sí, me gusta lo que hacemos, cada vez conseguimos ir podando más cosas de las que al principio teníamos que hacer para sobrevivir y poco a poco nos centramos en aquello en lo que somos no ya buenos sino excelentes (¡toma yá! ) . Pero marketing aparte, a veces pienso en ir arrancando otros negocios que vayan más en automático (porque lo de invertir en mercados financieros o inmobiliarios no está para mucha fiesta ).
Aún a riesgo de desviarme del tema que se propone aquí voy poner una referencia a un artículo de Joel Spolsky que contrapone el negocio de McDonalds con el desarrollo de software, todo un clásico, las Big Macs contra el chef desnudo. Quizá sería objeto de otro hilo pero puede valer para matizar un poco esta discusión.
Muy buenas,
Que razón tiene este Kiyosaki.
Sobre lo de los negocios automáticos, el verano pasado hice yo la criba y corté todo lo que no me gustaba. Veranito de planificación y nos “reinventamos”. Veía que de la otra forma me kedaría así “pa siempre”.
Una posible solución pueden ser los negocios compartidos. Al final monté la lanzadera de negocios así que cuando veas el momento adecuado, ya sabes
Pues yo estoy, no 100, sino 500 por ciento de acuerdo con Kiyosaki. Tanto con su primer, como con su segundo y tercer libro. Y no por que disfrutara leyéndolo, sino por que es muy doloroso verte dando vueltecitas en la carrera de la ratita del auto-empleado. Cerré la empresa en España, Madrid, gracias a Dios y gracias a la crisis. Llevaba 12 años dando vueltecitas, y vueltecitas… que hacía dinero, pues sí. Pero la semana de 70 horas, era la semana corta. Nunca construí activos, tengo 40. Ahora me cerraron la otra empresa en México, una arbitrariedad del gobierno de aquí, estamos de juicio. Llevo 3 meses, que me los merecía, leyendo, surfeando internet. Y la verdad, que me está cambiando el punto de vista a lo bestia.
Independientemente de si abrimos mañana o no, lo que tengo MUY CLARO, es que prefiero ser libre. (leer Timothy Ferriss, “La jornada laboral de 4 horas”, indispensable) que esclavo de mi propio negocio. A veces es mejor CERRAR y resurgir como el ave fénix, años dispués pero con SISTEMA, como hizo Kiyosaki. Y eso que perdería un buen pico de inversión, pero me lo estoy planteando seriamente, cerrar y no abrir hasta tener todo completamente sistematizado, con software de control a medida, manuales de cada función, etc…
Llevo casi 20 años de auto-esclavo y gracias a lo que entendí de Kiyosaki, puedo darme de cuenta de cómo salir de esta falacia.
Además, en España, y lo digo desde fuera, el cliente se ha vuelto en el ordeno y mando. Se han invertido por completo las tornas, y ojo, no soy franquista, pero ahora mandan más los clientes que los proveedores, los hijos que los padres, y así estamos. Basta vivir un poquito fuera para ver que las cosas no tienen que ser así.
Por cierto, Ángel, me encantó tu parábola del fontanero, muy buena! Además tiene tantas lecturas como puntos de vista.