Bueno, más de uno me dirá que ya quisiera crisis como estas, pero le contestaría con el famosos adagio que afirma que, en Chino, las palabras para crisis y oportunidad se representan por el mismo ideograma (no es del todo cierto, pero en fin, como máxima motivacional queda muy bien). La oportunidad en este caso se llama crecimiento: actualmente llevo adelante cuatro proyectos, con un quinto en ciernes y sin contar con las actividades blogosféricas y la preparación del PMP que debería haber comenzado ya hace tiempo, y empieza a ser mucho curro por mucha gestión de proyectos, organización y multitasking que pongamos en el asador. Además, gracias a Diox, los ingresos van mejor que lo previsto, con un 80% de mi proyección más optimista a un año realizada a los 8 meses de empezar (wow!). El riesgo: que llega bastante antes de lo que yo mismo había previsto. No voy a decir que me pille en bragas, pero casi.
En primer lugar, analizada la situación, me encuentro con un problema de base, estructural, estratégico: he basado la empresa en la venta de un recurso escaso: yo. Y el problema ahora es cómo replicamos dicho recurso o aumentamos su disponibilidad. La opción evidente es delegar tareas que no sean absolutamente específicas y especializadas, pero hasta eso resulta medianamente complicado.
La parte más fácil de delegar hoy por hoy es la de desarrollo y programación de sistemas, algo en lo que ya estoy incluso subcontratando parte del trabajo con resultados desiguales (ya hablaré de esto último). Siempre he dicho que no quería crear una empresa de programación o una ingeniería, pero lamentable o afortunadamente son muchas las veces en las que un determinado desarrollo surge como complemento a la actividad de consultoría. Hoy por hoy, la parte de sistemas representa un 48% de la facturación y un 35-40% escaso de la dedicación (resulta más rentable, hoy por hoy, que la consultoría pura y dura), así que tal como yo lo veo hay dos opciones: eliminarla este área de negocio por completo y matar un producto estrella o bien delegar en este aspecto, dado que me sería mucho más fácil, con el poder adquisitivo de la empresa hoy por hoy, encontrar gente en el área sistemas que en el de consultoría en gestión / telecomunicaciones.
Eso implica varias cosas: en primer lugar, que se acabaría el rollete SOHO y tendría que ir pillando una oficina, algo que ya tengo medianamente previsto y estudiado. El coste de un módulo medianamente apañado por las Sevillas ronda los 300 a 400 euros mensuales, que no es mucho, pero hay que añadir los gastos de comunidad, electricidad, comunicaciones, limpieza, seguros… Para que se vaya a 600 euros no hay que esforzarse mucho, sin contar con la inversión inicial (mobiliario, licencia de apertura, adecuación, equipos…). En fin, como el negocio marcha parece que por ahora el plan de negocio lo soportaría sin demasiados aspavientos. Ahora bien, tenemos que añadir un salario y los correspondientes costes de seguridad social, y eso ya son palabras mayores. Si quiero buscar a alguien que, por lo menos, apunte maneras, debo plantearme rebasar un salario de al menos 20.000 euros anuales más los correspondientes gastos de seguridad social y demás, que calculo en otros 8.000. Ponderados, son 2.300 o 2.400 euros al mes, que con los 600 anteriores suben a 3.000. No esta mal. Sobre todo cuando alguno de mis clientes puede tenerme cinco o seis meses para abonarme una factura sin despeinarse lo más mínimo.
En segundo lugar, y metidos en faena, debería empezar a plantearme el convertirme en sociedad (hasta ahora, como ya he comentado en alguna ocasión, opero como empresario autónomo, ya que la SL me perjudica fiscalmente mientras no alcance determinadas cotas de beneficios y obligaciones). Esto añade el coste de un asesor o similar para llevar nóminas, contabilidad, registros y demás. Poca cosa metidos en la estructura de costes anterior, pero en fin, ahí está.
Por otra parte, temo que si precisamente voy invirtiendo en el área de programación y sistemas acabe inexorablemente volcado hacia esta faceta, que si bien me gusta no es en lo que me gustaría que radicase el core business de la empresa, ya que si finalmente tengo que competir en este sector voy a encontrar mucha más competencia y barreras de entradas que en el expertise consultoríl en telecomunicaciones y gestión de proyectos, un mercado mucho más virgen.
La alternativa, buscar a gente que me ayude en la parte de consultoría, me atrae mucho, pero hoy por hoy la veo casi irrealizable. El nivel que tendría que exigir para cumplir las expectativas de mis clientes sería muy superior al de traerme a un programador / desarrollador que pudiese tutelar, y las posibilidades de encontrar a alguien de este nivel lo suficientemente cabra como para que se quisiera saltar a este lado de la carretera son bastante bajas. Por mi estaría encantado de fichar a un Junior que quisiera ir desarrollandose en este campo siempre que encontrase a uno que, al menos (y con todos los respetos), pudiese redactar un documento técnico/comercial medianamente decente. Y es que para esto último me temo que hay que haber visto algo de mundo y estar familiarizado con muchos conceptos técnicos, organizativos, legales, comerciales… Para situarnos, en uno de los documentos en los que estoy trabajando ahora mismo nos recorremos la normativa urbanística andaluza de pe a pa, en otro tenemos que establecer un modelo de gestión de red basado en TMN e ITIL con los correspondientes procesos de gestión de incidencias y mantenimiento de los acuerdos de nivel de servicio; y en un tercero estamos redactando el plan de negocio de una nueva línea de productos para una compañía de marketing. Casi ná.
En fin, que en eso andamos. Y en medio de toda esta faena, albañiles levantándome el suelo de la entrada de la casa y mi mujer preparando unas oposiciones. Consultoría gratuita y hombros en los que llorar serán bienvenidos .