Gestión de Riesgos y Oportunidades

La gestión de riesgos y oportunidades

¡Hola! ¡Que de tiempo! :mrgreen:

Una de las razones por las que he pasado bastante tiempo sin actualizar el blog ha sido una fase de entregas de un bonito proyecto sobre el que espero poder hablaros en su momento (previa autorización expresa del cliente), pero que ha tenido que ver, en uno de sus bloques de trabajo, con la redefinición de procedimientos de una unidad operativa aportando un enfoque basado en la gestión de proyectos. Parece que dentro de poco podré tener unos cuantos casos de estudio que prueban que el concepto es válido. Albricias. :-D

A lo que iba: el nuevo manual de procedimientos ha quedado, a mi juicio, muy bien. Es claro y conciso, y además el trabajo de definición de las distintas funciones de la unidad ha servido como ejercicio para reflexionar sobre la misión, la visión y los objetivos estratégicos de la misma, lo cuál – creo – ha dado un nuevo impulso al equipo en el desarrollo de la unidad y en la consecución de las metas que ellos mismos se han marcado dentro.

Curiosamente, ha habido una sóla función en el que hemos tenido ciertos problemas para llegar a una definición clara y a un conjunto de mejores prácticas aplicables por las personas que la desempeñan, y esta ha sido la gestión de los riesgos y oportunidades que se presentan en el ejercicio tanto de los proyectos encomendados a esta unidad como de los procesos rutinarios y estructurales de la misma.

En primer lugar: ¿Cuál es la diferencia entre un riesgo y una oportunidad? Un consultor te diría, probablemente, que todo problema es una “oportunidad de mejora”, por lo que si identificamos un riesgo (problema), en definitiva estaremos detectando una oportunidad (eliminación del riesgo). Nosotros finalmente optamos por una definición bastante canónica pero que no está extenta de cierta “área gris” entre ambos conceptos: un riesgo es algo que pretendemos evitar, algo para lo que todavía estamos a tiempo de tomar acciones que impidan su aparición, mientras que una oportunidad sería algo que queremos que ocurra, pero que requerirá de ciertas acciones y “empujones” para maximizar las posibilidades de su ocurrencia.

Muy bien, tenemos una bonita definición, pero ¿y como se traduce esto en la gestión de los proyectos?. En lo relativo a lal gestión de riesgos, hay bastante literatura al respecto: se trataría de identificar en una fase tempranalos problemas que pueden surgir y que significarían un desvío en tiempo, coste o funcionalidades; estudiar sus causas raices, definir las acciones que contribuyen a evitar su ocurrencia y reconducir el proyecto e incluir dichas acciones (¡importante!) en la planificación, observando a su vez los nuevos recursos necesarios para su implementación y contemplándolos en el plan general de proyecto (nota: levantad la mano los que tenéis un plan de proyecto formal, en papel o electrónico… Ummmm… Veo pocas manos levantadas…Muy mal, os recomiendo acudir a una empresa especializada en gestión de proyectos :mrgreen:).

Sin embargo me está costando localizar material de calidad sobre la gestión de las oportunidades, algo que parece mucho más complejo y que suele tener tintes más políticos, ya que en este caso hablamos de la aparición de un factor cuya consecución lograría aumentar las funcionalidades del producto, la satisfacción del cliente, o contribuiría a reducir tiempo y costes, por poner algunos ejemplos generales. Pareceria de lógica elemental pensar que si planteamos a la Dirección una serie de medidas que van a permitir reducir tiempo o costes en un proyecto, o añadir funcionalidades a un producto, nos van a poner una medalla por ser tan creativo y buen empleado… Pero lamentablemente no suele ser así. En la mayoría de los casos lo que ve la alta dirección es:

  • Reducción de tiempo: Me va a costar recursos.
  • Reducción de costes: Vamos a tener que invertir tiempo
  • Añadir funcionalidades: Déjate de leches y centrate en los requisitos del cliente, si quieren más funcionalidades que las paguen.
  • Mejorar la satisfacción del cliente: eso déjaselo a los comerciales, que a ti te pagamos para que termines el proyecto a tiempo y no te pases del presupuesto.

Aun suponiendo que contemos con una dirección comprensiva y proactiva, hay otro problema importante en la gestión de oportunidades: estamos generalmente entrenados para detectar y evadir los riesgos (al fin y al cabo, el cerebro aprende por el método de prueba-error), pero cuando le pides al personal técnico que detecte oportunidades generalmente te miran como si les pidieses que te trajesen un unicornio azul en el hipotético caso de que vieran uno. Y esto es porque la detección de oportunidades implica, necesariamente, un proceso muy creativo, siendo la creatividad algo “mal visto” generalmente en las empresas, porque si hacemos un brainstorming y lo pasamos bien, ya que la creatividad, que le vamos a hacer, es divertida, parece que estamos de fiesta en vez de trabajando.

Daos cuenta de la salvajada que estoy diciendo, pero que en muchísimos casos es así: las empresas no aprovechan oportunidades y no son creativas e innovadoras porque se supone que el trabajo no debería ser divertido. Frase para rotular en la pizarra y sobre la que reflexionar un buen rato.

En fin, os animo a que incorporéis la gestión de riesgos y oportunidades como un proceso más dentro de la gestión de vuestros proyectos. Y yo por mi parte procuraré compartir mis reflexiones al respecto de vez en cuando, que por hoy ya me ha salido un ladrillo considerable ;-) .

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Reuniones efectivas

reuniones

(desde El Blog Salmón).

Hablaba hace poco sobre la baja productividad española y, al menos en mi caso, una de las cosas que más tiempo me hizo perder al principio de mi carrera profesional fueron las reuniones tediosas, ineficientes e innecesarias. Durante la época de lanzamiento de una empresa, sobre todo, parece que recurrimos a la necesidad de sentirnos arropados por el grupo para así consensuar todas y cada una de nuestras decisiones y que, posteriormente, no se nos puede culpar de nada (“eh, que lo decidimos entre todos en la reunión”). En otros casos las reuniones derivan en campos de batallas campales, ya que son el sitio idóneo para poner a nuestro enemigo en evidencia ante el jefe… Como si tuviera sentido lo de tener enemigos en la misma empresa.

En cualquier caso, y sin querer divagar demasiado sobre las actitudes personales de algunos, reproduzco a continuación una lista de consejos que he ido recopilando con el tiempo para conducir reuniones de la forma más efectiva posible.

  1. Determina la meta de la reunión. Con demasiada frecuencia las reuniones se parecen a aquello tan manido de “a ver si nos vemos y nos tomamos unas copas”. El tiempo de una persona es muy valioso, pero en una reunión el tiempo malgastado se multiplica por el número de asistentes: asegúrate que sabes por qué se convoca la reunión y que pretendes obtener de ella.
  2. Identifica claramente a los implicados. Hay veces que implicamos a personas de determinados Departamentos “para que estén”. Evalua si esto es necesario. Así mismo, si crees que se deben tomar decisiones en la reunión, asegúrate de que las personas que asisten tienen ese poder de decisión. A ser posible, informa a cada persona de por qué es necesaria su presencia concreta.
  3. Envía siempre un orden del día. Sobre esto no deberían hacer falta muchas explicaciones. Como dice el adagio, si no sabes a dónde te diriges, cualquier camino es bueno. Es necesario establecer cláramente un “mapa” de cómo debería desarrollarse la reunión y que todo el mundo lo conozca con antelación
  4. Establece una duración objetivo de la reunión y se implacable. Haz lo mismo con cada punto del orden del día. Conforme se vayan venciendo plazos, interrumpe la discusión, establece unas conclusiones, determina unos puntos de acción y pasa al siguiente punto
  5. Dirige las reuniones. Establece reglas, revisa el contexto, actúa como moderador. Como moderador, se imparcial: No juzgues, adopta el punto de vista de tu interlocutor.
  6. Mantén la reunión centrada en el objetivo. Si se deriva hacia otro asunto y es necesario, establece otra reunión para tratar el mismo. Si es absolutamente necesario, suspende la reunión hasta que se convoque otra con ese tema específico que no os deja avanzar, pero no acostumbres a las personas a que las reuniones pueden ser “imprevisibles”.
  7. Toma notas. Obtén compromisos concretos de tus interlocutores. Los “hay que hacer…” o “habría que determinar…” no valen. Qué, quién, cuándo.
  8. Llegado el “deadline”, cierra la reunión con un resumen de todos los puntos de acción que se han determinado.
  9. Envía un acta de la reunión. Un acta no tiene por qué ser una transcripción, sino un resumen de los puntos de acción, responsables, compromisos y fechas. Asume que al día siguiente de la misma, nadie se va a acordar de lo que tiene que hacer, así que no demores el acta más llá de 48 horas si es posible.

Espero que estos consejos os sean tan útiles como lo han sido para mi a lo largo de mucho tiempo.

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Lecturas sesgadas

Comenta Carlos R. en openBusiness y a raíz del artículo sobre el laberinto del autónomo algo así como que no voy a un asesor de empresas porque “no dispongo del dinero por adelantado para estos gastos”. Ante estas cosas no se si reirme o llorar. ¿En qué parte del artículo os parece que digo yo eso? Textualmente, escribí:

- ¿Por qué no pagas a un asesor en vez de perder dos mañanas con tanta historia?
– Eso digo yo :evil: . Aunque la verdad es que no viene mal conocer los números y los mecanismos para que no te la jueguen. Y el que mejor conoce los números de tu empresa deberías ser, por ahora, tú. Por otra parte, ¿Como hago una previsión de tesorería si no se cuanto tengo que pagar en Octubre de IVA e IRPF? Me puedo pegar una castaña buena… Pero bueno, tarde o temprano pasaré por asesor, aunque ahora mismo con en volúmen de operaciones que llevo no merece la pena en absoluto.

Que alguien me explique de dónde se extrae lo de que una de mis motivaciones para no ir a un asesor sea no disponer del dinero. En cualquier caso, razonemos con lógica: si no tienes dinero ni para una asesoría tan básica, olvidate de la empresa y vuelve a pensar otra vez. Lo de la autofinanciación a base del trabajo ya lo intenté una vez y salio como tenía que salir. Pero una cosa muy distinta es disponer del dinero y otra cosa es empezar a derrocharlo. Yo hoy por hoy todavía tengo tiempo y conocimientos como para hacer estos trámites yo mismo. El día que se compliquen o no tenga tiempo suficiente, no me temblará el pulso a la hora de contratar un asesor. Por ejemplo, el logotipo de la empresa lo han realizado unos diseñadores gráficos profesionales: yo no cuento con la habilidad suficiente. Pero la página web la he construido yo mismo, ya que cuento con tiempo y conocimientos.

Así pues, una cosa es disponer de dinero para montarme un mobiliario de caoba y alquilar una oficina con vistas y otra muy distinta que vaya a hacer semejante memez.

El punto de vista de Carlos es que asesorarse correctamente ahorra tiempo y dinero ya que, al ahorrar tiempo, ahorras dinero. Falacia. Eso sería cierto si el 100% de mis horas fueran facturables y productivas, pero (lamentablemente :-D ), hoy por hoy no es así.

He intentado dejar un comentario en su sitio, pero salta un “captcha” sin mostrar la imágen y no ha sido posible (aparte de que se me ha fumigado tres párrafos”). Un detalle muy feo para una red supuestamente comercial, espero que este comentario les ayude a trazar el fallo.

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Unos tipos en un garaje

Garage
Pues sí. Ayer tuve la alegría de reencontrar a un viejo conocido de los tiempos en los que estudiábamos (es un decir ;-) ) en la Escuela de Ingenieros de Sevilla, y que ha hecho realidad aquello de los tres tíos en un garaje (solo que en España eso del garaje se suele convertir en un piso, como decía Paul Graham. Una start-up con todas las letras. A world-class organization where english is the preferred language at the office, most customers are abroad, recruiting is an international task and answering skype calls at 2:00 AM is something they face dayly. Wow-baby. No tengo permiso para dar más detalle (fundamentalmente porque no lo he pedido), pero la verdad es que cosas así lo reconcilian a uno con el duro camino de emprender.

La mayoría de nuestra conversación se centró en dos aspectos sobre los que, curiosamente, ya he venido escribiendo en varias ocasiones. El primero es relativo a la escasez de profesionales preparados y con ganas. En sus propias palabras, “es que ni siquiera encuentro gente que sepa construir una frase con sujeto, verbo y predicado. No se trata solo de saber programar muy bien, eso luego hay que explicárselo a los clientes, hay que dialogar con ellos y entender sus necesidades, hay que comunicarse con el equipo…“. Al fin y al cabo, lo mismo que decía yo hace pocos días: que si encuentras uno que sepa escribir, lo contrates de inmediato. En aquel momento no me refería precisamente a que supieran realizar la O con un canuto, sino a que tuviera unas mínimas aptitudes de comunicación (algo que, según el PMI, es a lo que debería dedicar el 90% de su tiempo un Jefe de Proyecto). Al final, ellos están reclutando gente de Polonia, Bélgica, Estados Unidos… Tipicamente estudiantes que vinieron a pasar una temporada y posteriormente deciden que quieren volver (de nuevo en sus palabras, en su proceso de reclutamiento siempre suele haber “alguna mujer involucrada;-) ).

El segundo tema es la situación del mercado de las TIC en Andalucía y su excesiva dependencia del gran cliente de referencia por estos lares: La Junta. Como muchos emprendedores que conozco, es escéptico respecto a las subvenciones y las intenciones de crear un Silicon Valley en Málaga. Demasiadas empresas que piden una subvención para crear la empresa, una subvención para ubicarse en una incubadora, una subvención para contratar personal, una subvención para desarrollar un prototipo, una subvención para realizar un proyecto de investigación… Y al final tenemos empresas cuyo único fin es cazar subvenciones, y sin ellas no tienen un plan de negocio que se sostenga. Otro problema derivado de la mayoría del trabajo que orbita en torno a la Junta (digo la Junta pero podría hablar en general del mercado de la Administración) es la excesiva particularización y pocas posibilidades de recurrencia. Es decir: vale, pillas un contrato jugoso para desarrollar (pongamos) un software de receta electrónica para el Servicio Andaluz de Salud. ¿Cuantas ventas vas a poder realizar de ese software una vez terminado? Es más: ¿tendrás los derechos sobre el mismo para poder comercializarlo? El modelo de negocio de esta persona se basa en la recurrencia: desarrollar un software que puedan vender muchas veces, a muchos clientes distintos. Eso es dificil de conseguir si tu cliente de referencia es la Administración.

Y muchas más cosas: repasamos la lista de varios colegas de indudable talento que se han ido saliendo poco a poco de la línea de fuego empresarial y han optado por preparar unas oposiciones (un caso flagrante que conocí ayer es el de un programador excepcional, que ha participado en algunos proyectos internacionales de éxito rotundo, que ha decido preparar unas oposiciones a un puesto en el Ayuntamiento). Comentamos el pueblerino concepto de las distancias que tenemos en España respecto a nuestra competencia internacional. Porfiamos sobre las subvenciones procedentes de fondos europeos que, durante décadas, se han venido gastando en Mercedes, gambas y pisos en la playa. Y me quedo con una frase magnífica: “Sooner or later, reality will catch-up” (en la conversación había personas que casi no hablaban español, así que estuvimos charlando en inglés).

Por cierto, me recomendó el libro “The World is Flat“. Me lo voy a trincar ya mismo de Amazon, pero acepto otros comentarios sobre el mismo…

Me lo pasé como un enano. ¿Se nota?

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¿Quieres descargar IE7?

Claro, como no… :twisted:

Vía Tic&Tac (se me habían borrado del agregador hace un par de semanas y no me había dado cuenta hasta ahora… ¡Argfs! menos mal que escribes poco, maldito ;-) ).

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Artículos sobre emprender en la red

Vía un trackback llego a esta estupenda lista compilada en Estaré yo loco. Hay artículos de Jesús Encinar, Julio Alonso, Angel María y (of course :-D ), este que suscribe… Claro que el artículo que me citan se trata de una traducción de uno de Paul Graham (¡ouch! :twisted: ). En mi defensa, también han incluido otro en el que aporto mis comentarios y demuestro más allá de toda duda que Graham no tiene ni idea… :-D :-D :-D

PD: perdonad si ultimamente hablo mucho de emprendedores y poco de gestión de proyectos. Al fín y al cabo un blog no deja de ser una bitácora, y ahora mismo lo que toca es entrepreneurship 100%… Paciencia.

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Trámites para constituirte en empresario autónomo

Están escritos en tres mil sitios de Internet, pero como se los he resumido hace poco a un conocido y me ha quedado relativamente exhaustivo, aprovecho y lo dejo aquí para el uso y disfrute de la concurrencia.

En todo caso, tened en cuenta que no soy asesor profesional, así que sería bueno que lo cotejáseis (y, en cualquier caso, no acepto responsabilidades derivadas del uso de esta información :twisted: ).

  1. Entérate a priori de cuáles son las oficinas de Hacienda y Seguridad Social que te corresponden, no sea que te toque el funcionario antipático y te mande a otro sitio. Prueba llamando a los teléfonos 901 12 12 24 (AEAT) y 901 50 20 50 (Seguridad social)
  2. Primero debes ir a la agencia tributaria (hacienda) a hacer el alta censal, que te servirá para tributar IVA e IRPF. A mi ni siquiera me pidieron fotocopia del DNI, pero puede que te haga falta. También es útil, aunque no obligatorio, llevarte las etiquetas identificativas de hacienda. Tal como llegues, en el mostrador pides un impreso de alta censal (036) y lo rellenas… ¡Con paciencia! Lo que no tengas claro, no lo rellenes y que te aconseje el funcionario. Lo que deberías llevar visto a priori es:
    • En qué epígrafe del IAE deberías darte de alta (en Internet tienes varias listas). Cuidado con si es actividad profesional o empresarial, ya que como he comentado condiciona la forma en la que facturas y si debes presentar o no pagos trimestrales a cuenta del IRPF.
    • Si vas a tributar por módulos o no (solo lo permiten algunas actividades, típicamente tiendas, bares y cosas así). Lo normal es que tributes por estimación directa simplificada (no hay que llevar contabilidad, pero si un registro de ingresos y gastos), a menos que vayas a facturar más de 600.000 euros, en cuyo caso no se qué haces consultándome a mi… :-D
  3. Con el alta censal, te vas a la seguridad social y solicitas el alta en el régimen de autónomos. Para ello antes había que pedir el impreso TA, pero ahora por lo menos a mi no me hizo falta y me dio de alta directamente en la mesa la amable funcionaria que me atendio. Pregunta en la entrada. Típicamente querrás cotizar por la base mínima (a menos que vayas a jubilarte en los próximos quince años), aunque es recomendable incluir la cobertura por incapacidad temporal, que son tres duros más y puede merecer la pena. La cuota que te debería quedar son unos 239 euros al mes. Acuérdate de llevarte los datos de cuenta bancaria y domicilia los pagos, o tendrás que ir todos los meses a por boletines para pagar.

Y ya está. A facturar y a presentar todos los trimestres las declaraciones del IVA, así como anualmente el resumen de operaciones con terceros y la declaración anual de IVA. Si retienes IRPF con todas las facturas harás declaración de la renta como todo el mundo y ya está. Si más del 30% de tus ingresos no llevan retención, entonces tienes que presentar trimestralmente el impreso 130 con los pagos a cuenta de IRPF.

Y una última cosa: Ánimaos. ;-)

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Bilbao – Nueva York

Bilbao

Ya ha salido en algún que otro sitio antes, pero merece la pena comprobar que hasta los más grandes de Internet pueden meter alguna que otra pata (y echar unas risas por el camino).

Instrucciones:

1.- Entrar a: http://maps.google.es

2.- Pinchar en “Comollegar” (justo debajo de la caja de búsqueda)

3.- Dirección de origen = Bilbao; dirección de destino = New York

4.- Darle al boton “Comollegar”

5.- Fijaros en la instrucción nº 25

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Mundo Internet 2007

14, 15, 16 de Mayo en Málaga. Razón aquí (hay que hacer tráfico, chicos… ;-) ).

Si mi agenda me lo permite me gustaría estar, por lo menos el segundo día.

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Meme: Presión Blogosférica patrocina…

La palabra botarate

Se lo paso a Raul, Lucas, Ángel, Seidembaum y (¡que puñetas!) a Julio, aunque creo que no le molan mucho los memes… Pero bueno, es el primero que invento yo mismo, y en los emprendizajes hay que reservar un pequeño porcentaje de esfuerzo para apuntar alto… (ala, ya estamos on-topic ;-) )

Además, que me ha gustado mucho la iniciativa, leñe.

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El Laberinto del Autónomo

(el título lo he tomado prestado de aquí).

Vaya tela. La verdad es que una vez que lo has resuelto y tienes tu sistema no es tan complicado, pero hasta que lo tienes todo clarito parece que te hayas metido en la casa de la guasa. Me refiero al papeleo inherente a la fiscalidad como autónomo.

El principio parece fácil: alta censal y alta en la seguridad social. Modelo 036 en hacienda y alta en la administración de la seguridad social que te toque (antes hacía falta un impreso TA, ahora lo que es a mí me lo ha hecho una amable señorita sin papeles de por medio y en el alucinante plazo de diez minutos, cola incluida… Vaya tela como ha cambiado la Seguridad Social o lo buena que es la Administración que me ha tocado, ¡Que viva Triana!). Pero cuando empiezas a rellenar el impreso 036 comienzan los problemas… ¿Estoy obligado a realizar pagos fraccionados a cuenta del IRPF derivados del desarrollo de actividades económica propias? ¿Cuál es el epígrafe del IAE que me corresponde? ¿Debería poner algo en el régimen especial de recargo de equivalencia, sea lo que diantres sea eso? :-D

Al final el problema es que te fías del amable funcionario, pero el amable funcionario va a toda castaña y te pone lo mismo que al resto de la tropa, por lo que si tu situación es en algo especial, cagado la hemos. Y lo mismo pasa con Internet, mi querida Internet que hasta ahora me lo había resuelto casi todo: el 99% de las páginas que hablan sobre el régimen de autónomos lo hacen refiriéndose al caso concreto de las actividades profesionales, no a las del empresario autónomo.

Concretamente, yo estoy dado de alta en una actividad empresarial (no profesional). Y eso ya me ha jugado la primera. Para empezar, al ser actividad empresarial no estás obligado a incluir en tus facturas la correspondiente retención de IRPF. Eso tiene su parte buena (simplificas trámites a ts clientes) y su parte mala (debes presentar una declaración trimestral del IRPF haciendo pagos a cuenta según lo que lleves ganado y gastado). A mi a la larga me compensa, ya que aunque pierdo algo de financiación y circulante prefiero no llevarme luego el susto cuando pase por caja con la declaración de la renta. Encima yo en el 036 marqué que no estaba obligado a llos pagos a cuenta (algo que podría ocurrir si el 70% de mis ingresos estuvieran sujetos a retención), pero como resulta que prefiero no complicar las facturas a mis clientes (aparte de otros temas fiscales más complejos que si queréis os comentaré), me veo obligado a presentar mañana otro 036 con modificación de datos. Ante lo cual me pregunto: ¿deberé de rellenarlo todo otra vez, o sólo la parte que modifico? Ya veremos.

Luego viene rellenar el impreso 300 (declaración trimestral del IVA) y el 130. El 300 no es demasiado complicado, pero el 130 tiene truco. El truco se llama artículo 28 del reglamento del impuesto de la renta sobre las personas físicas, tal como se recoge en el real decreto 1775 de 2004 (que es que no me leeis nada, hombre :mrgreen: ). Según este artículo, puedes incluir como “gastos de dificil justificación” el 5% del rendimiento neto previo… Es decir, ingresos menos gastos “de verdad”. Este 5% se añade a tus gastos para así obtener el rendimiento neto, que es sobre el que te “clavan” el 20%, sin que ello desmerezca que si las cosas te van muy bien (que esperemos que si) el año que viene pases otra vez por caja en la declaración anual de la renta… ¡Ole! Que digo yo, si uno no se desayuna con el BOE, visto lo que viene en el impreso 130 se le podría a uno pasar ese asuntillo del 5%, ¿No? Que despiste el de nuestros agentes fiscales… ¿No podían haber incluido una casillita de “ponga usted aquí el 5% del rendimiento neto previo? Que majos…Ah, por cierto, los impresos no hace falta que los compréis en un estanco, os los podéis bajar de aquí.

Para los que queráis una explicación mas detallada del asunto os recomiendo este magnífico documento titulado “ahorrar impuestos en la fiscalidad de los autónomos”, de Adalberto Alfonso Bolaños. Tiene un ejemplo muy bueno de cumplimentación de un 130.

También merece la pena, tanto si sois autónomos como si no, que le echéis un vistazo a los comics realizados por sekano con la herramienta Witty comics. El enlace es al cuarto y ultimo capítulo de la serie, pero tiene los enlaces a los tres primeros. Risas aseguradas. O llanto…

Turno de preguntas:

- ¿Por qué empresario autónomo en vez de S.L.?
– Pues veréis, según mis cálculos por debajo de una facturación anual de unos 60.000 euros de vellón no creo que merezca la pena. A menos que vayas a realizar compras u operaciones financieras de cierta envergadura, por aquello de la limitación de responsabilidad, aunque en realidad ya no hay quien te conceda crédito simplemente con una S.L. recién creada y acabarás poniendo garantías personales, así que en el fondo da igual. Otra razón por la que puede convenir la S.L. es por formar un negocio con varios socios (que todo quede bien atado) o por “prestigio”, ya que lamentablemente en este país la figura del autónomo está un poco devaluada, pero en mi caso mis primeros clientes son personas que confían en mi independientemente de la figura fiscal que adopte. Por otra parte, dicen que se puede formar la S.L. en 72 horas (habrá que ver como está el patio en Sevilla), así que ante una necesidad urgente el nombre ya lo tengo solicitado en el registro mercantil central… Comentar además que en el momento en que seas SL en vez de autónomo vas a necesitar sí o sí un asesor para las nóminas, contabilidad y demás papelotes, lo cuál por poco que sea es un gasto más, y ya sabéis lo que opinamos al respecto Borja y yo. Otra ventaja (según se mire) del autónomo: no hay separación entre cuentas personales y empresariales. Eso quiere decir que si he vendido un proyecto gordo puedo coger 20.000 euros de mi cuenta de empresa y pagar un crédito personal o levantar hipoteca. En la misma situación, pero en SL, tendría que pasar primero por un reparto de beneficios (35% del ala en el impuesto de sociedades) para luego además tributar por IRPF. Por cierto que al hilo de SL o autónomo recomiento el artículo de Borja al respecto, donde defiende un punto de vista algo distinto al mío.

- ¿Por qué no pagas a un asesor en vez de perder dos mañanas con tanta historia?
– Eso digo yo :evil: . Aunque la verdad es que no viene mal conocer los números y los mecanismos para que no te la jueguen. Y el que mejor conoce los números de tu empresa deberías ser, por ahora, tú. Por otra parte, ¿Como hago una previsión de tesorería si no se cuanto tengo que pagar en Octubre de IVA e IRPF? Me puedo pegar una castaña buena… Pero bueno, tarde o temprano pasaré por asesor, aunque ahora mismo con en volúmen de operaciones que llevo no merece la pena en absoluto.

Luego hablan de impulsar el emprendizaje. Dan ganas de echarse atrás, lo juro.

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A cuanto está el kilo de becario…

…El de teleco, por las Sevillas, a cuatrosién, según me cuentan … ;-)

Eso en el optimista supuesto de que encuentres un becario, claro. En estos días he cambiado varias impresiones con antiguos compañeros de la Escuela acerca de la situación de los estudiantes de Teleco que salen en estos tiempos a la calle, y las conclusiones creo que son extrapolables a casi todas las carreras.

En primer lugar, suerte tienes si tan siquiera se presentan a una entrevista. Ya he constatado varios casos en los que no solo no acuden, sino que ni siquiera se molestan en avisar de que finalmente no están interesados en presentarse a una beca disponible.

Si se presentan, lo segundo en lo que hay que tener suerte es en que no se presenten acompañados de… ¡Su madre! Dos casos distintos constatados. Alucinante.

Sorteado el cúmulo de despropósitos anterior, en casi todos los casos de los que he tenido noticia ultimamente los principales problemas son:

  • Ausencia de motivación: encogimientos de hombros por respuesta. Lacónicos monosílabos. En algún caso directamente te dicen que no saben si buscar algo (beca, empleo) o seguir estudiando, hacer el doctorado o un master, quizás preparar unas oposiciones. Chico, haznos un favor a los dos y aclárate antes de la entrevista. Por lo menos no perderemos el tiempo, y además es una cuestión de justicia: el empleador SÍ está dispuesto a contratarte, y emplea su tiempo en ver si cumples con el perfil que tiene en mente, además de darte una oportunidad de postularte, defenderte y, en definitiva y aunque a mucha gente no le gusten las connotaciones de la palabra, venderte.
  • Aptitudes mínimas: no hablamos ya de que salgan de la Escuela con pocos conocimientos, ya que la mayoría de nosotros cuando empezamos no teníamos ni idea del campo en el que nos tocó a cada uno defendernos, pero con lo que sí contábamos era con una preparación de base muy fuerte que nos permitía ponernos las pilas con lo que hiciese falta, con pocos recursos y en poco tiempo.
  • Expectativas desproporcionadas: o dicho de otra forma, “lo siento, chaval, pero de Director General no nos queda nada ahora mismo”. Sumado a los demás factores, simplemente patético: ¿Qué les han contado para que salgan con esta actitud?

Carne de cañón para la marca blanca laboral y los explotadores de panchitos intercambiables. ¿Las razones? Casi todos estamos de acuerdo en que se trata de una situación causada por una formación deficiente y una relajación de los requisitos durante el periodo universitario, unidos a un entorno familiar permisivo y cómodo. Y es que hay muchos chavales a los que esos cuatrosién que mencionabamos al principio ya se los dan sus papis para salir todos los fines de semana, así que ¿para que molestarse? Respecto a la relajación de los niveles en la Universidad, un profesor se me quejaba hace poco de la “obligación” de tener que licenciar a doscientos todos los años, sobre todo cuando no hay mercado para absorberlos…

Al final, mi consejo a los que han querido escucharlo es contrata a uno que sepa escribir. Pero por lo visto la materia prima en muchos casos no da ni para eso.

Jesús, leo el artículo y parece que tenga setenta años… Que conste que no hace diez años aun que salí al mundo laboral… :-D

Actualización-PD: estudiantes de Teleco o recién titulados, en Sevilla, que no se sientan en absoluto representados por lo que cuento en este artículo, podéis mandarme el CV a angel.m [AT] presionblogosferica.net y se lo haré llegar a algunas empresas sólidas y reconocidas que están buscando becarios en este preciso momento. Además contribuiréis a devolverme la fé en la carrera… ;-)

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También reflexionaba sobre esos jefes de proyecto […] que pierden el tiempo intentando aserrar vanamente un árbol con una sierra sin prácticamente filo, excusando su ineficaz labor en el hecho aparente de que están tan ocupados que no tienen tiempo para afilar la sierra. Ni para pensar.”

Publicado por Diego Navarro. Vaya como se está poniendo de duro el benchmarking… ;-)

Publicado el por Ángel | 3 comentarios

Pudor blogosférico

No recuerdo quién decía hace poco en algún evento “bloguero” que, si preguntásemos a nuestro alrededor, nos sorprendería ver cuánta gente mantiene un blog más o menos público. La realidad es que da igual que personajes de la vida pública (ministros, alcaldes), altos directivos, empresarios o gurús mantengan blogs: seguimos sintiendo un cierto pudor a publicitar nuestra actividad bloguera entre conocidos y compañeros, quizás con el temor de que muchos de ellos nos miren con cara de “¿y para qué haces eso?“, “¿y qué tienes tú que decir?” o el consabido “¿y de dónde sacas tiempo?” :-D . En mi caso concreto, la gran mayoría de mis conocidos más cercanos desconocen la existencia del blog (o eso creo yo), y desde luego no me ha dado por publicitarlo entre ellos.

Todo esto viene a cuento de que hoy he repartido por primera vez una tarjeta del blog a un cliente, por lo que con cierta probabilidad acabará pasándo por aquí. Aunque se trata de una persona con la que ya he tenido mucho contacto profesional y personal a lo largo de los años, no he dejado de sentir esta sensación de pudor, y es que más allá de los temores que comentaba en el anterior párrafo, creo que un blog no deja de ser nunca algo muy personal y muy íntimo, incluso para los que nos dedicamos a charlar sobre temas tan prosáicos como la gestión de proyectos, internet o el emprendizaje.

En realidad, he decidido aplicarme el mismo cuento que en su día defendí sobre la publicación del curriculum on-line: ¿es que debemos avergonzarnos de algo? Porque si fuera así, ni siquiera deberíamos plantearnos lo del blog a menos que disfrutásemos morbosamente de un cierto exhibicionismo… Quiero pensar que no es el caso ;-) .

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La motivación y gestionar a los jefes

Me ha surgido en varias conversaciones estos días: se habla mucho de la gestión, el liderazgo, la organización, la motivación, pero casi siempre dirigida a los empleados. Poco se habla de la gestión de los jefes, y cuando se hace suele ser en tono de guasa.

Pero la realidad es que se puede (y se debe) gestionar a nuestros superiores igual que gestionamos a nuestros equipos. Para ello se pueden emplear prácticamente las mismas técnicas y habilidades que se emplean en el liderazgo de grupos de trabajo, siendo la más importante conocer las motivaciones de nuestro superior.

Y aquí empieza lo complicado. Porque aunque normalmente compartáis un objetivo, no siempre tiene por qué ser con la misma motivación. Tu motivación puede ser finalizar el proyecto en las mejores condiciones posibles para reafirmarte como un buen gestor, promocionarte ante tu cliente o, simplemente, como realización personal. Sin embargo la motivación de tu superior puede ser realizar el proyecto porque aporta más personal o más fondos a su departamento. Así, los dos tenéis un objetivo (el proyecto) pero distintas motivaciones.

Y entonces empiezan los malentendidos. Porque tu le hablas a él de indicadores, rentabilidades, estrategias de desarrollo, gestión de riesgos y oportunidades… Y a él no solo le resbala, sino que encima le irrita que le des la murga con toda esta cháchara, y te responde que lo importante es la comunicación, los recursos… A lo que tu piensas, ¿WTF? (y no me refiero al Taekwondo).

Y es que aunque los dos estáis en la misma empresa y en el mismo proyecto, la motivación marca el matiz. Por eso, en la medida de lo posible, conocer la motivación de tu Jefe te ayudará a gestionarlo adecuadamente.

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